Publicado por Víctor Vinicio Román Porras el 14.10.2020
Guardó en mi memoria el recuerdo de coordinar la primera red de videoconferencia educativa a nivel nacional, el Proyecto Lazos que conectaba colegios en Palmares, Heredia, Cartago, y San José con instituciones educativas de EE. UU para aprender y compartir experiencias. En esa época, hacer una videollamada requería un equipo costoso y especializado de cámaras, micrófonos, altavoces, transmisión y recepción de una señal que se enviaba por 6 líneas telefónicas que se combinaban para lograr 384kbps y poder tener una conversación en tiempo casi real. Todo esto en un espacio especialmente diseñado con condiciones de iluminación y acústica, las denominadas “aulas virtuales”. Hoy en día, podemos hacer eso y mucho más desde un teléfono inteligente, que nos permite conectarnos alrededor del mundo con cualquier persona.
La revolución digital, impulsada desde hace varios años, nos ha marcado y nos ha cambiado la vida. Queramos a no, el acceso al internet se ha convertido en un servicio público indispensable y cada vez más un derecho humano, sobre todo en un momento de pandemia como el actual. Es una nueva forma de relacionarse, trabajar, de hacer y ser. Por ello hoy en día nos vemos a la necesidad de aprender a ser Ciudadanos Digitales.
De acuerdo con la Red de Ciudadanía Digital de la ISTE (Sociedad Internacional para la Tecnología en Educación), ser un Ciudadano Digital involucra varias facetas:
Ser inclusivo: Me relaciono con otros por medios digitales con respeto y empatía. Busco “conectarme” y conocer a otros para crear puentes y no barreras.
Estar informado: Busco información y aprendo, pero siempre con una actitud crítica valorando la veracidad, la validez y la perspectiva de la información y posiciones que encuentro.
Involucrarse: La tecnología me permite conocer y participar en la construcción de la comunidad y sociedad en la que vivo, pero también me permite incidir a nivel regional o mundial. Puedo optar por involucrarme y ser una fuerza constructiva para el bien.
Ser balanceado: Si bien la tecnología y lo digital se han convertido una necesidad, no es la única realidad de nuestra vida. Debemos aprender a usarla, pero sin dejar de lado nuestros afectos, relaciones humanas y familiares y nuestra salud.
Estar alerta: Estoy consciente de las bondades del acceso a lo digital, pero también estoy informado de los riesgos y peligros del uso de la tecnología y aprendo como protegerme a mí mismo y a los demás.
Igual que las normas de urbanidad y cortesía, o la comprensión de lo que significa ser miembro de una familia, comunidad o país, hoy en día todos nosotros debemos ir aprendiendo a ser y ejercer nuestra ciudadanía digital cada día, porque SOMOS CIUDADANOS DIGITALES.
Víctor Vinicio Román Porras
Director Académico
Saint Gabriel Elementary and High School.
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