Publicado por Rebeca Hernández el 23.08.2021
Las mujeres en la sociedad actual somos un ejemplo de inteligencia y fortaleza, donde lo reflejamos en la forma de superar adversidades ante la discriminación, aunque se considera una sociedad igualitaria y tolerante falta mucho para llamarla igualitaria, aún existen gran parte de la sociedad que quiere mantener esta marginación del siglo pasado en la actualidad. Pasan por alto que las mujeres asumimos obligaciones socialmente no valoradas, asumen que por ser mujer debemos asumir roles establecidos, como el cocinar, limpiar, atender los niños, entre otras. Hoy día tenemos el derecho de decidir si somos madres o no es nuestro cuerpo. No estoy de acuerdo con el aborto, pero si del saber cuándo, cómo y con quien ser madre. Somos independendientes realizamos los viajes, compramos casa, carro y los gustos que queramos. La mujer actual es la que más se acerca a la igualdad porque tenemos los medios para obtener lo que queramos mujeres empoderadas.
Las mujeres somos tan capaces como los hombres, logramos asumir las responsabilidades, obligaciones y actividades que nos propongamos, a través de los años se ha demostrado, nuestra capacidad de lograr iguales o mejores resultados que los hombres.
No hay que olvidar que cada una de las personas indiferentemente sea hombre o mujer tiene algo que aportar en esta sociedad, que la vida se complementa por ambos sexos, no se compite. Eso es igualdad. Las labores de la casa no es que el hombre ayuda a la mujer, sino que dividen labores, no es “mi esposo me ayudo a criar mis hijos es dividir la responsabilidad”, como ciudadanos, muchas veces “el machismo” es más en algunas mujeres que en algunos hombres por tradición y cultura conductas que debemos ir eliminando.
Debemos asumir el rol que cualquier ser humano le corresponda, porque somos capaces de pensar, discernir, y decidir sobre cualquier circunstancia de importancia y trascendencia social, para ayudar y contribuir en la toma de decisiones y de esa manera compartir los roles de los hombre y mujer, sin olvidar que el único rol que no se puede compartir con un hombre es el de ser madre, ya que las mujeres fuimos especialmente creadas para asumir esta hermosa vivencia de concebir, para convertirse en madre soltera o con una pareja que tiene los mismos derechos y deberes para con el niño o la niña.
La elección de la profesión no sólo determina nuestros dones y aptitudes, sino la identificación consciente con el ideal, anhelos y metas; muchas veces hay mujeres que se limitan por temor a desarrollarse en campos determinados por la sociedad masculinos y opta por trabajos culturalmente determinados para mujeres. Si bien su inteligencia permite a la mujer el acceso a todas las profesiones no deberían ignorar en el momento de elegir y conformarse con convertirse en una compañera, sino ambos pueden integrarse.
Por otra parte, se ha comprobado que algunas mujeres, la vida les impuso ocupaciones culturalmente llamadas “masculinas”, las que cumplen manteniéndose como mujer. Por ejemplo, les dan responsabilidades profesionales de una empresa, teniendo firmeza en las decisiones que les exigen en el cargo que desempeñen, manteniéndose femeninas, desarrollando habilidades, conocimientos con profesionalismo, esta actitud no solo coincide con la satisfacción personal, sino con lo que la sociedad espera de ella.
Las mujeres debemos aprender a defender nuestros derechos y también asumir nuestras responsabilidades; es hora de que participemos del mundo de los hechos donde somos protagonistas, debiendo superar todos los obstáculos que nos imponen las costumbres, la sociedad y tradiciones para así poder asumir tantas o más responsabilidades como los hombres, en los diferentes ámbitos, laborales, políticos, empresarios, profesionales, artísticos, familiares, como representantes nacionales o internacionales de cualquier naturaleza,
Mi felicitación corresponde a cada una de las mujeres en la sociedad que hacen y que ha hecho la diferencia, muchas veces hasta con su propia vida, el ser mujer en la vida actual nos abre las puertas al cambio para todavía otorgarle más a las futuras generaciones, somos mujeres de lucha y de cambio.
Mi agradecimiento a todas aquellas valientes mujeres que participaron en la lucha de derechos el 8 de marzo de 1917.
Msc. Rebeca Hernández Rodríguez
Profesora
Jardín de Niños Jardines de Tibás
Comments