Publicado por Kenneth Castillo el 01.08.2021
El siglo XXI se caracteriza por el cambio acelerado en contextos complejos e inciertos que deja obsoletos los conocimientos y las técnicas tradicionales en tiempos cada vez más cortos. Sucesivos estudios educativos en todo el mundo, como el programa PISA (OCDE, 2008) entre otros, reiteran que los sistemas educativos deberían conectar mejor con estas nuevas necesidades personales, sociales y laborales de los ciudadanos.
Aquí es donde, la educación científica y tecnológica juega un papel importante hacia el fomento de competencias y habilidades que sean contextualizadas hacia la solución de problemas en sociedad. La población estudiantil tiene que poseer las mejores herramientas conceptuales, metodológicas, investigativas y tecnológicas para afrontar con un mejor equipamiento la incertidumbre.
Es así que prácticas como: el pensamiento sistémico, argumentación, experimentación, diseñar soluciones, uso de TIC, abducir conclusiones y comunicar la información son algunas de las destrezas esenciales que se necesitan en estos tiempos para generar un pensamiento crítico y enseñar a pensar, como clave de mejora para la vida social y personal (Vázquez-Alonso y Manassero-Mas, 2018).
La ciencia y tecnología están al servicio de la sociedad, por lo que la educación científica tiene que aprovechar este enlace cotidiano que ya existe y generar cambios positivos. Fomentar el pensamiento crítico con aplicación del proceso indagatorio contextualizado. Esto es solo una forma de hacer un verdadero cambio en la manera de pensar de la ciudadanía en miras hacia una sociedad más justa, equitativa e inclusiva.
Por último, la enseñanza de los contenidos sobre la ciencia y tecnología será más efectiva si se realiza de manera explícita (intencionando en el planeamiento todos los elementos didácticos necesarios) y reflexiva (incluyendo actividades actitudinales que ayuden a la interiorización personal), en vez de utilizar planeamientos implícitos (Bennàssar et al. 2010). Por esto, la labor del docente para enseñanza y contextualizar la ciencia y la tecnología es vital para fomentar, en las futuras generaciones, el pensamiento en todos los ámbitos de la sociedad.
Elaborado por:
Kenneth Castillo
Profesor de Ciencias
Colegio Nacional Virtual Marco Tulio Sede Braulio Carrillo
Referencias
Bennàssar, A., García-Carmona, A., Vázquez, A. y Manassero, M.A. (2010). Ciencia, Tecnología y Sociedad en Iberoámerica: Una evaluación de la comprensión de ciencia y tecnología (Documento de Trabajo n°5). Centro de Altos Estudios Universitarios de la OEI. Recuperado de,
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2008). Informe PISA 2006. Competencias científicas para el mundo del mañana. Madrid: Santillana Educación.
Vázquez-Alonso, A. y Manassero-Mas, M.A. (2018). Más allá de la comprensión científica: educación científica para desarrollar el pensamiento. Revista Electrónica de Enseñanza de las Ciencias, 17 (2), 309-336.
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