Publicado por Msc. Ivannia Lizano Argüello el 02.09.2020
El mes de setiembre, llega con un aroma particular. El aire que respiramos se torna de blanco, azul y rojo y afloran en nosotros los más grandes sentimientos nacionalistas.
199 años de vida independiente, han marcado en nuestra Costa Rica el ideal de una sociedad que busca la paz y la justicia social; sin embargo, estos casi dos siglos, no han sido suficientes para alcanzarlo.
Desde que estábamos en el Jardín de Niños, nos enseñaron a cantar con orgullo el Himno Nacional. Llenos de emoción decimos que bajo este cielo, descansa la paz, que no dudaremos en transformar nuestras herramientas de trabajo, en armas cuando alguien intente manchar la paz que nos convierte en ejemplo para el mundo.
Conforme pasa el tiempo, nos damos cuenta que, a esta Patria, le falta mucho por construir y que no siempre estaremos dispuestos a arriesgar nuestras comodidades por sembrar esperanza para el país. Porque tener un espíritu amante de la Patria, una vez al año, colocando una banderita en el carro, cantando el Himno Nacional, haciendo un farol… eso es muy fácil; pero demostrar el amor hacia nuestro país, cuando debemos de ser solidarios con los que más lo necesitan, cuando debemos denunciar a los que actúan de manera incorrecta, cuando debemos rechazar ser parte del problema… ahí se vuelve más difícil.
El país vive momentos muy difíciles. Haciendo a un lado el horror de la pandemia, lo cierto es que tenemos un país con un alto índice de violencia, sobre todo, de violencia intrafamiliar. El último año ha visto elevarse los niveles de desempleo, delincuencia y endeudamiento de manera acelerada. Una economía como la nuestra no resiste las envestidas a las que se está enfrentando sí no es porque juntos decidimos construir Patria.
Cada ciudadano debe buscar la manera de colaborar para transformar nuestro país. Para esto, no es necesario que seamos el Ministro de Hacienda o la Ministra de Trabajo, se trata que, desde mi casa, con mis hábitos y costumbres, pueda aportarle al país. Un ejemplo podría ser reciclando los desechos que generamos, disminuyendo el desperdicio de agua y electricidad, fomentando el consumo en negocios nacionales, entre muchas más.
En la medida en que alzamos nuestra cabeza para enfrentar los retos que se nos presentan, no dejamos que la bandera patria se plegue y sembramos esperanza.
La Costa Rica independiente, la Costa Rica de los hombres y mujeres felices, la Costa Rica de gente trabajadora y honesta, la construimos día a día, por eso no perdamos la esperanza.
Msc. Ivannia Lizano Argüello
Supervisora del Circuito 04
Dirección Regional San José - Norte
Gracias Doña Ivannia, comparto totalmente. Parafraseando "Los problemas deben ser resueltos por aquellos que detectan que hay un problema en primer lugar". Costa Rica necesita ciudadanos participativos que se involucren. Ticos que hagamos Patria cada día.